El vino es una de las bebidas reinas en Europa y en el Nuevo Mundo. Los grandes caldos franceses o españoles compiten con los vinos de Italia, Chile, Argentina, Australia o Nueva Zelanda. Portugal también es un gran productor de vinos. Por todos es conocido el Porto (Oporto), producido en la cuenca baja del Duero. El Porto se hizo popular gracias al comercio bilateral entre Portugal y Gran Bretaña desde el siglo XVIII. Tal fue el crecimiento de dicho comercio entre ambos países que hoy, el Porto es el compañero fiel del té y de las pastas a las 5 en toda la Commonwealth.
Hay incluso historiadores que relacionan el subdesarrollo portugués del siglo XIX y XX con el comercio del vino de Porto. En su opinión la entrada de manufacturas y materias primas coloniales venidas de Gran Bretaña provocó que la producción portuguesa se estancase y desapareciese. A cambio los grandes señores del Oporto reforzaron su hegemonía y el inmovilismo en Portugal. Es difícil de pensar en ello, mientras degustamos una copa de ese vino cálido y dulce.
No obstante nos alejamos de nuestro protagonista, el vino de Madeira. Esta pequeña introducción era, sin embargo, necesaria, ya que fue también gracias a los británicos que el vino de Madeira se expandió desde el archipiélago. El vino de Madeira es un primo subtropical del Oporto, un vino de carácter, un licor para los legos, que se degusta como aperitivo o durante los postres, un vino surgido del océano y sus ondulaciones-.
Catas de vino de Madeira – visitas a bodegas de vino de Madeira
El agitado nacimiento del vino de Madeira.
El vino llega a Madeira con los portugueses, dado la importancia económica y logística de este producto. El clima de la isla se prestó idealmente a la producción de vino, así que desde 1419 con la instalación de la estructura señorial se comienza el cultivo de la vid. Las primeras cepas, al parecer, vinieron de Grecia, de la isla de Creta. Más tarde fueron introducidas los cinco cepajes principales del vino de Madeira actual: Tinta negra mole, Sercial, Boal, Verdejo y Malvasía.
Con el desarrollo del comercio y los descubrimientos en el Golfo de Guinea primero, en el Indico, la India y Brasil después, la importancia estratégica de Madeira aumentó. El vino era un producto básico para los largos viajes entre Portugal y la India, además de ser un elemento de comercio.
La llegada de comerciantes ingleses y la entrada de Portugal en su órbita de influencia, favoreció como explicábamos antes las exportaciones de vino portugués a las Islas Británicas. El Porto, el Dão y el Madeira substituyen al Burdeos y resto de vinos franceses y españoles.
La importancia de Madeira se muestra por las referencias artísticas, como su presencia en Enrique IV de William Shakespeare, o en el brindis de la Declaración de Independencia de Estados Unidos, parece que era el vino preferido de Thomas Jefferson.
El vino de Madeira sufrió crisis provocadas por enfermedades de las vides, en 1852 y la famosa filoxera de 1872. En el siglo XX tras unas décadas de estancamiento, el vino de Madeira recupera su prestigio y ya no teme a su hermano de Oporto.
Dos formas de fabricar el mismo vino.
El «estufagem«, que podríamos traducir por calentamiento, consiste en que el vino sufra el efecto de invernadero calentándose tal y como sucedía en los barcos que transportaban el vino en el siglo XV y XVI. De hecho, esto es lo que hace único al vino de Madeira. Los portugueses observaron que el vino de las barricas que viajaban a la India y que, por diversos motivos, no se vendían en Asía volviendo a Madeira, ganaban en calidad. En lugar de estropearse el vino se convertía en licor gracias a las altas temperaturas, la humedad de las bodegas de los barcos y el movimiento de las olas.
El vino ganó también en fama y comenzó a exportarse a toda Europa. Para reproducir el efecto de fermentación, evitando el viaje de ida y vuelta a la India, ¡lo que ahorraba muchos costes!, se comenzó a situar las barricas en las playas, al aire libre. Más tarde se instalaban los toneles en estancias donde se mantenían niveles de humedad y temperatura muy altos.
En la actualidad se utilizan dos sistemas de estufagem. El primero ha substituido las barricas de madera por cubas de acero inoxidable que se calientan por agua. El vino se mantiene entre 50º y 55º durante tres meses como mínimo. La ventaja de esta práctica es la rapidez y que las cubas al ser estancas no pierden vino, lo que genera mayores beneficios (esto se explica bien en el video).
La segunda técnica es la de los Canteiros. Es la manera más tradicional y menos rentable, lo que hace que este vino sea más caro. Las barricas de madera se posan sobre barras de madera, los canteiros, que las aislan del suelo y evitan que se comben. Los vinos descansan en bodegas cercanas al mar sin refrigeración ni calefacción, donde la temperatura no varía a lo largo del año y se mantiene estable a unos 20º. La fermentación es mucho más lenta, los tres meses de las cubas de acero se transforman en 5 años!
El clima, con todo, y las variaciones del tiempo otorga al vino de canteiros cualidades especiales en opinión de los enólogos. El barril se vacía en parte a lo largo de la maduración, en torno a 2% anual por la evaporación, al no ser estanco, pero la calidad es mayor. El vino debe permanecer al menos dos años pero es común encontrar vinos de 10, 20 o 50 años. Como en el caso del porto, no son raros los vinos centenarios. Es muy común que el vino cuando se concentra mucho se reparte entre otras barricas o se rellena con vino más joven bajo ciertas condiciones.
Este particular sistema de fermentación no es único de Madeira, también existe en Francia. Así en el Franco Condado en el Jura, los vinos Jaunes se producen de la misma forma. En Languedoc Rosellón los toneles de los vinos de Banyuls se dejan incluso al aire. Todos los vinos así fabricados contienen particulares tonalidades, aromas especiados y dulces notas que recuerdan a frutos.
Tipos de vino de Madeira.
Una clasificación común, algo equivalente a las Denominaciones de Origen españolas o a las Appellation d’origine contrôlée (AOC) francesas, vino a substituir el caos anterior donde cada productor usaba sus propios criterios. A pesar de ello siguen existiendo problemas para clarificar loa vinos antiguos. No olvidemos que el Madeira sobrevive sin problema a los siglos.
Una de las preguntas más comunes entre los turistas en Funchal o el resto de las islas es qué marca y qué tipo de Madeira comprar. Recordemos que se trata de un vino dulce de entre 17º y 22º de sabor que se bebe como aperitivo o durante los postres. Los vinos jóvenes son más afrutados y los viejos recuerdadn casi a los coñacs. Destro de estas generalidades, como podemos imaginar hay grandes diferencias. Normalmente el precio ya marca barreras nítida, pero para evitar que cometan errores les resumimos los tipos de vino:
Seleccionado. Estufagem artificial en cubas de acero inoxidable. Buen vino a precio asequible. Tiene que estar entre 3 y 5 años en las cubas. No es obligatorio incluir el cepaje o cepajes que los componen.
Rainwater. También estufagem artificial, con 5 años de envejecimiento. Se consume como aperitivo ligero. Cepajes Verdejo o Sercial. Antiguamente este vino se producía en vasijas de vidrio que se dejaban en las playas. EL salitre y el agua de lluvia se infiltraban y le daban un regusto salado.
Reserva. Estufagem artificial también, pero con maduración de entre 5 y 10 años. A pesar de ello no es obligatorio incluir el cepaje ni la añada
Reserva Especial o Reserva Velha: envejecimiento entre 10 y 15 años. No es obligatorio que indique la vid, ni añada
Reserva 20 años. Así se denomina a los madeiras que han envejecido entre 20 y 30 años. La variedad no aparece siempre, ni la añada ya que la regulación es reciente.
Reserva 30 años. Idéntico pero con envejecimiento entre 30 y 40 años.
Reserva 40 años. Lo mismo para vinos de entre 40 y 50 años.
Todas estas variedades «Reserva» se han producido generalmente mezclando vinos de diversos años y barriles. El único requisito fijo es que figuren los años de envejecimiento.
Solera. Este tipo obliga al envejecimiento en canteiro, por lo que su precio es mayor. Con un mínimo 5 años de canteiro se admite un sistema de refrescado (se añade vino más joven para suplir el que se pierde con el paso del tiempo), con un máximo de 10 veces y un máximo del 10% del volumen antes de embotellarse Es obligatorio Mostar el año de la vendimia y la variedad de la uva y tiene que pasar un control de calidad antes de venderse.
Colheita. Es un vino con un 85% de la misma variedad y del mismo año, el resto puede provenir de otras uvas y años. Mínimo 5 años de envejecimiento, aunque no es obligatorio que sea en canteiro y máximo de 20. Después puede permanecer mucho más tiempo en la botella.
Fresqueira o Vintage (término importado del porto). Es similar al anterior sólo que su envejecimiento debe realizarse en barricas de madera y como mínimo 20 años. Todos provienen de canteiros lo que garantiza una gran calidad y un gran precio.
Y finalmente el Vino da Rado, Vinho da Volta, Vinho da Torno o Torna Viagem, todos nombres que hablan de esta antigua clasificación que se refería a los vinos que habían pasado el ecuador o dado la vuelta al mundo en un barco tal y como se hacía en el siglos XV o XVI. Supuestamente existen algunas de estas botellas.
Productores y marcas de vino de Madeira
Dado el alto precio de muchas de las marcas recomendamos que se pruebe antes el vino, por si después de pagarlo no nos gusta. Si nos gustan los vinos que nos ofrecen, jóvenes generalmente, no tendremos problemas es degustar los néctares reposados durante decenios.
El número de productores es limitado, ya que un pequeño número de familias, generalmente de origen inglés, concentran la producción. Sin embargo quedan en el mercado muchas botellas de marcas ya desaparecidas. A continuación citamos algunas buenas marcas.
Henrique Menezes Borges, ( fundada en 1877). La marca que ya no pertenece a la familia fundadora posee viñas desde el siglo XV.
J. Faria & Filhos. Bastante reciente ya que está presente en Madeira desde los años 1950.
Madeira Wine Company (fundada en 1913). Reagrupa a una asociación de productores de origen inglés. Cuentan con viñas y marcas en el Duero por lo que conocen y venden mucho en el mercado británico. Poseen varias marcas como Cossart Gordon, Blandy’s, Leacock’s y Miles.
Pereira d’Oliveira. Creada en 1920.
Vinhos Barbeito. Fundada en 1946 y muy implantada en Estados Unidos
Vinhos Justino Henriques, Filhos. Aunque ya producía desde 1870 la empresa se creo en 1953. Se asoció a la marca francesa «La Martiniquase».