Historia de Madeira

Mapa antiguo de Madeira.
Mapa antiguo de Madeira.

La historia humana de Madeira no es muy antigua pero, sin embargo, es muy rica. Su situación exógena alejada de Europa y África impidió que fuese poblada durante milenios. Se puede decir que Madeira y Porto Santo eran conocidas, al menos en la península ibérica, desde mediados o finales del siglo XIV. Las islas aparecen en un manual geográfico castellano llamado el Libro del Conocimiento (Libro del conosçimiento de todos los rregnos et tierras e señoríos que son por el mundo et de las señales et armas que han) que debió de ser escrito como muy pronto después 1385.

A esto se dene que, cuando los primeros exploradores comandados por el portugués João Gonçalves Zarco, -acompañado de Tristão Vaz Teixeira-, redescubrieron Madeira y Porto Santo en 1418 las islas eran conocidas, pero nadie se había asentado en ellas. Los dos marinos que habían participado en la conquista de Ceuta, convencieron al monarca portugués Jõao I (Juan I) de los beneficios de un asentamiento continuo. Este tendrá lugar en 1425, fecha de la ocupación efectiva del archipiélago.

El Imperio Portugués.

La colonización fue lenta y complicada ya que los colonos eran pocos y tuvieron que luchar con una naturaleza exuberante. Ya desde esa época se comienza la tala de una parte de la laurisilva y la construcción de las Levadas para canalizar el agua de las zonas lluviosas a los campos de cultivo. La agricultura y la pesca serán las actividades principales.

Tras el viaje de Vasco de Gama a la India y el asentamiento portugués en África, la península Arábiga y la India, Madeira se convierte en una de las la escalas de la Ruta hacia la India loada por Camões. Con el Tratado de Tordesillas, Portugal obtiene el derecho a la conquista de lo que será Brasil. Esto reactivará la economía de Madeira ya que Funchal será escala obligada y refugio para los buques de la flota.

El trigo será el primer producto cultvado, substituido por la caña de azúcar que pasa a ser el motor de la economía madeirense. Las condiciones eran idóneas para un producto imposible de cultivar en Europa. Hasta el siglo XVII será primordial en Madeira después, sufrirá la competencia de Brasil y São Tomé.

El vino como problema estructural.

Sello que muestra la importancia del vino en la economía portuguesa.
Sello que muestra la importancia del vino en la economía portuguesa.

El vino substituye a la caña de azúcar desde el siglo XVI y tras los acuerdos entre el valido Marques de Pombal y Gran Bretaña, será un producto de exportación hacia las islas británicas. Ciertos historiadores achacan, en parte, el subdesarrollo portugués a la defensa del comercio del vino de porto y del vino de Madeira. Gran Bretaña y Portugal firmaron lo que podía ser uno de los primeros tratados de libre comercio, que permitía circular a los productos con aranceles muy bajos entre los dos países.

El sector del vino portugués será hegemónico y defenderá la apertura contra el proteccionismo fisiócrata. A cambio los productos ingleses de alto valor agregado (manufacturas textiles, industriales, herramientas, pero también materias primas) inundaban el mercado portugués. El tamaño del comercio británico permitía una economía de escala que recucía el coste por unidad y hacía imposible la competencia de los productos portugueses. Desde el siglo XVIII la balanza comercial portuguesa será crónicamente deficitaria y la dependencia política total con respecto al Reino Unido. La muerte del comercio y de la iniciativa privada (excepto en el sector del vino), la preponderancia de una nobleza caduca y latifundista que vivía de las rentas agrarias de un campesinado expoliado y una iglesia de contrarreforma impedirán el progreso en Portugal.

Madeira por su situación y por la dependencia del sector vitivinícola es un buen ejemplo de problemas estructurales portugueses. Si cabe en mayor grado, la emigración será obligada en Madeira, hacia el continente, hacia Europa y en mayor medida hacia América, primero Brasil, después Estados Unidos y Venezuela.

Madeira hoy.

Madeira y Porto Santo han evolucionado mucho en los últimos años. Desde 1990 con el desarrollo general en Portugal Madeira se ha convertido en un destino turístico, primero a nivel nacional, después internacional, y un buen ejemplo es que nos dediquemos precisamente a ella en islamadeira.es

El turismo es hoy el principal recurso de Madeira, un recurso que debe ser cuidado para que siga siendo productivo. Como en toda isla, los recursos son limitados, entre ellos el principal la tierra, el espacio. Por ello, es de esperar que el desarrollo urbanístico y las políticas locales sean racionales. Principalmente teniendo en cuanta sobre todo a la población de la isla. Lamentablemente la crisis que ha afectado a Europa y en particular a Portugal han mostrado ciertas debilidades estructurales. Como en otras regiones de Portugal, España, Italia o Grecia, los fondos europeos y el capital público no han siempre utilizados correctamente. La gestión de algunos políticos no ha sido la mejor pero Madeira encabeza también proyectos de futuro.

Madeira, isla energéticamente autónoma.

A pesar de los problemas anteriormente mencionados, Madeira intenta combinar un desarrollo turístico sostenible, más estable durante todo el año y menos dependiente del turismo más destructor. Al mismo tiempo la isla encabeza los proyectos mundiales de autonomía energética. Como en el caso de la isla española del Hierro (Canarias), la danesa de Samsø o algunas ciudades alemanas, Madeira desarrolla un sistema energético combinado que permita la autosuficiencia.  Gracias a sistemas de producción solar, hidroeléctrica y eólica Madeira sería capaz en los próximos años de soportar los picos estacionales de consumo.

El sistema consigue acumular la energía sobrante cuando las plantas solares y eólicas funcionan a pleno rendimiento, usando esa energía para bombear agua de presas situadas junto al mar a otras situadas en las montañas. Cuando el consumo aumenta y las plantas solares y eólicas no son suficientes, las presas de las montañas utilizan centrales hidroeléctricas para aumentar la producción. El agua se acumula de nuevo en las presas de la costa para ser reutilizada después.

Evidentemente el sistema sólo puede funcionar con un crecimiento controlado del sector turístico y del consumo. De ahí la necesidad la necesidad de políticas públicas coherentes que no renuncien al Estado de bienestar, a la participación pública en las decisiones sobre el urbanismo, el medio ambiente, el desarrollo económico y la calidad de vida de los ciudadanos. Por el bien del turismo en Madeira y por el bien de los madeirenses y Portugal el turismo del futuro debe ser diferente.

Madeira, escala de viajes y viajeros.

Winston Churchill en Camara de Lobos en 1950.

Madeira, el jardín del Atlántico ha atraído a viajeros que se han aprovechado de sus riquezas naturales y también a personajes de la historia. Colón que vivió varios años en Porto Santo, donde es posible que tuviese noticias de tierras desconocidas en la mar Oceana. Tras él numerosos han sido los viajeros y turistas que han visitado Madeira. Centenares de miles de turistas y aventureros de hoy en día. Pero también multitud de personajes conocidos han hecho historia en Madeira y Porto Santo.

Tras Cristóbal Colón, buena parte de los exploradores portugueses de camino a Brasil, pasaron por el archipiélago. En el siglo XIX, la Emperatriz austro-húngara Elizabeth -Sissi- y el escritor irlandés George Bernard Shaw. También Roald Amundsen el jefe de la expedición noruega que llego al Polo Sur en 1912, hizo una escala en Funchal. Fue la única de su viaje entre Oslo y el Polo. Tras la II Guerra Mundial, Sir Winston Churchill hará de la isla destino de sus vacaciones, paisaje de sus cuadros y refugio para escribir sus memorias. Uno de los miradores del acantilado de Cabo Girão lleva su nombre. Un recuerdo necesario a un personaje complejo, pero al que Europa, y el Mundo le deben un poco de sus libertades.

Si quiere ser el siguiente viajero en dejar una huella insoluble en Madeira, acérquese al trópico de Europa, uno de los extremos de Portugal.